martes, 1 de marzo de 2011

Introduccion

Los gobiernos en general, y en especial el gobierno de España, ha demostrado una y otra vez que prevalecen las decisiones políticas frente a las económicas.
Nos encontramos entonces con una mala gestión económica a todos los niveles, estatal, de comunidades autónomas y a nivel de ayuntamientos. Además de esto, ha quedado demostrado que la mayor parte de los problemas de un país se solucionan si se tiene una economía saneada y se lleva a cabo una buena gestión. Hay que gestionar el país o ayuntamiento de la misma forma que se lleva una empresa, para lograr esa eficiencia económica que tanto falta hoy en día. Por supuesto que hay asuntos sociales que siempre van a ser deficitarios, pero eso no implica que no se puedan mejorar sus procesos de forma que se logre una reducción de costes.
Dejando de lado los casos de corrupción, tráfico de influencias y prevaricación, muchas de las decisiones que se toman en materia económica, se realizan pensando en el corto plazo y en la repercusión política, dejando de lado la eficiencia.
Prueba de ello es que muchos ayuntamientos en España están en quiebra y si fuesen empresas privadas, ya estarían cerrados, ya que no podrán hacerse cargo de las deudas que han asumido y necesitan un plan de ayuda para salir adelante.

Nos encontramos en una economía o Estado del Bienestar, que viene a significar que es el Estado democrático el encargado de llevar a cabo distintas políticas sociales y económicas con el fin de que los integrantes del mismo vivan cada vez mejor y estén amparados y "protegidos" por el Estado a lo largo de su vida. Esto no se puede conseguir sin una política económica eficiente y al final se verán todas las políticas afectadas, lo que llevará a los integrantes de dicho Estado a un empeoramiento en su calidad de vida (pensiones, edad de jubilación, sanidad, aumento de las multas de todo tipo y aumento de los impuestos).